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Invierte en infraestructura: proyectos de impacto

Invierte en infraestructura: proyectos de impacto

22/08/2025
Matheus Moraes
Invierte en infraestructura: proyectos de impacto

La infraestructura se erige como la columna vertebral del desarrollo moderno. Con cada proyecto, desde carreteras hasta redes digitales, se genera una transformación profunda que impulsa el progreso y mejora la calidad de vida.

En un contexto de urbanización acelerada y exigencias tecnológicas, destinar recursos a obras físicas y digitales es una decisión estratégica para gobiernos e inversores.

El valor estratégico de la infraestructura

La inversión en infraestructura no sólo construye caminos o puentes: genera un multiplicador económico verdaderamente significativo. Según el Banco Mundial, cada peso destinado a estos proyectos reporta entre 1.5 y 2.5 pesos de crecimiento económico.

Este impacto económico y social inmediato se traduce en mayor competitividad para las regiones, facilitando la integración de mercados y la circulación de personas y mercancías.

Asimismo, la adecuada planificación promueve el impulso a la sostenibilidad urbana, al incorporar criterios de eficiencia energética, movilidad limpia y mitigación de riesgos climáticos.

Sectores clave para inversiones 2025-2026

  • Transporte: desarrollo de corredores logísticos, modernización de puertos como Buenaventura, ampliación de vías ferroviarias y carreteras de cuarta y quinta generación.
  • Energía y digitalización: transición a fuentes renovables, expansión de redes eléctricas inteligentes y cobertura de telecomunicaciones de alta velocidad.
  • Servicios básicos: construcción de centros de salud, aulas educativas y sistemas de saneamiento para garantizar equidad en todas las regiones.

Estos sectores concentran proyectos estratégicos que, en conjunto, promueven la cohesión territorial y el acceso a oportunidades para todos los habitantes.

Casos emblemáticos en América Latina

En Perú, para el año 2025 se han adjudicado 34 proyectos con una inversión de US$ 8,600 millones, beneficiando a más de 15 millones de personas en 21 regiones. Hasta julio de 2026, la cifra asciende a 40 proyectos y US$ 9,960 millones en rubros de transporte, salud, educación, electricidad, turismo e industria.

Desde 2009, el programa de Obras por Impuestos ha movilizado más de S/ 4,000 millones en 710 proyectos, impactando a 22 millones de peruanos con infraestructura social y productiva.

Generación de empleo y multiplicadores sociales

  • En América Latina y el Caribe, US$ 1,000 millones en infraestructura generan alrededor de 35,000 empleos directos.
  • Proyectos mayores a US$ 1 millón suelen crear 13,000 empleos directos por cada US$ 1,000 millones invertidos.
  • La creación de empleo impulsa ingresos locales y contribuye a la impulso a la equidad regional, reduciendo desigualdades.

El efecto acumulado de estas inversiones no sólo dinamiza la economía, sino que fortalece la cohesión social y la inclusión productiva.

Desafíos y prioridades presupuestales

En México, la inversión física proyectada para 2025 equivale a 836.6 mil millones de pesos, o 2.3% del PIB, aunque representa una reducción del 12.7% respecto a 2024.

El 74% de esos recursos proviene de aportaciones federales, Pemex y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. El reto consiste en diversificar fuentes de financiamiento y optimizar el uso de recursos.

  • Fortalecer la participación público-privada estratégica eficiente para proyectos de gran escala.
  • Garantizar la sostenibilidad fiscal a largo plazo mediante mecanismos innovadores de crédito y concesiones.
  • Priorizar la ejecución oportuna para evitar sobrecostos y demoras en plazos críticos.

Claves para el éxito: institucionalidad y sostenibilidad

La calidad de la regulación y la transparencia institucional son determinantes para la efectividad de la inversión en infraestructura. Los proyectos exitosos combinan incentivos claros, control ciudadano y supervisión técnica.

Incorporar criterios de mitigación de emisiones y alianzas intersectoriales innovadoras de gran impacto garantiza que las obras no solo sean viables, sino también resilientes ante retos ambientales y sociales.

Conclusión: una invitación a la acción

Invertir en infraestructura es sembrar oportunidades: crea empleos, mejora servicios y fortalece economías locales. Con una visión integrada y un compromiso real con la sostenibilidad, cada proyecto se convierte en un motor de cambio.

Gobiernos, empresas y sociedad civil tienen la responsabilidad de colaborar y destinar recursos de manera estratégica. Así, juntos, podremos construir un futuro más próspero, conectado y equitativo para toda América Latina.

Matheus Moraes

Sobre el Autor: Matheus Moraes

Matheus Moraes