En el paisaje financiero de Chile y Perú, un nuevo modelo de financiamiento automotriz ha ganado popularidad. Con promesas de cuotas bajas y autos siempre renovados, el sistema seduce a quienes buscan movilidad sin sobresaltos. Sin embargo, detrás de esa aparente ventaja existe una deuda continua que atrapa más de lo que parece.
Este artículo explora a fondo las aristas y riesgos del crédito automotriz inteligente y ofrece consejos prácticos para evitar sorpresas al final del camino.
El crédito automotriz inteligente funciona como un arriendo a largo plazo. El consumidor paga un pie inicial y cuotas reducidas durante dos o tres años. Al finalizar, puede optar por comprar, renovar o devolver el vehículo.
Aunque no aparece como deuda tradicional en el sistema financiero, el auto queda en prenda hasta que se cancele por completo el valor futuro mínimo garantizado (VFMG). Esto genera un compromiso económico que muchos subestiman.
Este mecanismo permite acceder a autos nuevos sin cuotas elevadas, pero deja un gran saldo pendiente al final.
En la superficie, el crédito automotriz inteligente luce atractivo:
No obstante, detrás de esas ventajas se ocultan riesgos importantes:
Muchos usuarios descubren que el famoso “cuotón” final se convierte en una deuda imposible de cancelar a la fecha de vencimiento.
Este ejemplo en un auto de $20.000.000 CLP muestra cómo la cifra del VFMG puede resultar un obstáculo financiero significativo.
Antes de firmar, toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
Planificar desde el inicio cómo afrontar el VFMG puede marcar la diferencia entre una experiencia satisfactoria y un ciclo de refinanciamiento interminable.
Un crédito automotriz inteligente bien manejado puede mejorar el puntaje crediticio, siempre que las cuotas se paguen puntualmente. Sin embargo, las renovaciones constantes y los refinanciamientos pueden elevar la tasa de endeudamiento visible y complicar el acceso a otros productos financieros.
La clave está en mantener un equilibrio entre la exposición al crédito y el control de los plazos.
El crédito automotriz inteligente no es ni bueno ni malo en sí mismo. Representa una opción que, bien utilizada, permite disfrutar de autos modernos con menor esfuerzo mensual. Pero su trampa reside en la acumulación de saldos pendientes que, a largo plazo, pueden asfixiar las finanzas personales.
Para tomar decisiones informadas, sigue estas lecciones:
La invitación es simple: analiza con detalle cada oferta, compara alternativas y evita caer en un bucle de refinanciamiento. Solo así podrás transformar un mecanismo complejo en una herramienta de movilidad inteligente, capaz de potenciar tu calidad de vida sin sacrificar tu estabilidad económica.
Referencias